El seguimiento de Jesús
Léase atentamente estas palabras reclamantes de Jesús sobre su seguimiento y nótese las palabras que reclaman explicación. Mt 8, 18-22.
1º Interpretación del texto: Jesús se encuentra en Cafarnaún donde realiza gestos milagrosos con sentido profético como el llamado al servicio de la suegra de Pedro y la fuerza de su Palabra de sanación que vence la distancia. En este texto, Jesús se encuentra rodeado de una multitud que se anima a seguirlo, atraÃda por su poder milagroso. A todos ellos, Jesús quiere enseñarles que su seguimiento requiere renuncia y esfuerzo.
Un maestro de la ley muy animado se confÃa a Jesús: -Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. Jesús adivina que ese maestro de la ley ve en él un salva vida y le contesta: -Los zorros tienen guaridas y los pájaros del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. Era una manera de decirle: -Si estás dispuesto a dejarlo todo para seguirme, eres bienvenido. Se ignora la respuesta del maestro de la ley.
Otro de sus seguidores le pide un tiempo por atender un asunto familiar. -Señor, deja primero que yo vaya a enterrar a mi padre. La petición del discÃpulo parece legÃtima; parece normal atender asuntos familiares. Pero Jesús discierne en esta intención del discÃpulo un modo de aprovechar una doble situación. Jesús habÃa hablado a Nicodemo de un renacer de nuevo para vivir de verdad; el seguir a Jesús como discÃpulo supone emprender una vida nueva. Si el discÃpulo quiere quedarse en su antigua vida que Jesús asimila a una vida de muerte, no podrá nacer a la vida nueva del Reino de Dios. Por eso le contesta: Deja los muertos enterrar a sus muertos. Tú, sÃgueme.
2º Meditación: Yo soy un discÃpulo de Jesús y analizo estos dos casos para mi vida. Entiendo el llamado a dejarlo todo o sea a no apegarme a mi nidito para estar dispuesto a seguir al maestro dondequiera que vaya. Pero el asunto de no cumplir con el entierro de mi padre me sorprende grandemente; es un deber que no voy a fallar. Veo, sin embargo, que Jesús me quiere introducir en una vida nueva, la vida del Reino de Dios que presupone un nuevo nacimiento. Los muertos de que habla Jesús son los que no experimentan todavÃa esa vida nueva. Seguir como discÃpulo a Jesús es formar con él una familia nueva. Entiendo, además, que no voy a descuidar u olvidar los de la familia propia. A ellos les invito también a entrar en la vida nueva del Reino que Jesús promueve entre la humanidad creyente.
3º Oración: Mantengo, oh Dios, las promesas que te hice: las cumpliré con acción de gracias, pues tú libraste mi vida de la muerte, y mis pies de la caÃda, para que camine en presencia de Dios en la luz de los que viven. Sal 56,13-14. Señor, tú me abres siempre paso en el paÃs de la vida. Contigo, jamás moriré. Tú eres la resurrección y la vida.
4º Contemplación: Estoy entre la multitud y muchos se presentan delante de Jesús con el deseo de seguirlo. Pero muchos desconocen le puerta estrecha que conduce a la vida del Reino de los cielos. Unos aciertan, otros se devuelven sin entender. Yo persisto en seguir al Maestro por el paÃs de la vida.
Adh 805