Buenas Noticias / José Antonio Pagola
Dispuestos a sufrir
Jesús no querÃa ver sufrir a nadie. El sufrimiento es malo.
Jesús nunca lo buscó ni para sà mismo ni para los demás. Al contrario, toda su
vida consistió en luchar contra el sufrimiento y el mal, que tanto daño hacen a
las personas.
Las fuentes lo presentan siempre combatiendo el sufrimiento que
se esconde en la enfermedad, las injusticias, la soledad, la desesperanza o la
culpabilidad. Asà fue Jesús: un hombre dedicado a eliminar el sufrimiento,
suprimiendo injusticias y contagiando fuerza para vivir.
Pero buscar el bien y la felicidad para todos trae muchos
problemas. Jesús lo sabÃa por experiencia. No se puede estar con los que sufren
y buscar el bien de los últimos sin provocar el rechazo y la hostilidad de
aquellos a los que no interesa cambio alguno. Es imposible estar con los
crucificados y no verse un dÃa «crucificado».
Jesús no lo ocultó nunca a sus seguidores. Empleó en varias
ocasiones una metáfora inquietante que Mateo ha resumido asÃ: «El que no toma
su cruz y me sigue, no es digno de mû. No podÃa haber elegido un lenguaje más
gráfico. Todos conocÃan la imagen terrible del condenado que, desnudo e
indefenso, era obligado a llevar sobre sus espaldas el madero horizontal de la
cruz hasta el lugar de la ejecución, donde esperaba el madero vertical fijado
en tierra.
«Llevar la cruz» era parte del ritual de la crucifixión. Su
objetivo era que el condenado apareciera ante la sociedad como culpable, un
hombre indigno de seguir viviendo entre los suyos. Todos descansarÃan viéndolo
muerto.
Los discÃpulos trataban de entenderle. Jesús les venÃa a decir
más o menos lo siguiente: «Si me seguÃs, tenéis que estar dispuestos a ser
rechazados. Os pasará lo mismo que a mÃ. A los ojos de muchos pareceréis
culpables. Os condenarán. Buscarán que no molestéis. Tendréis que llevar
vuestra cruz. Entonces os pareceréis más a mÃ. Seréis dignos seguidores mÃos.
Compartiréis la suerte de los crucificados. Con ellos entraréis un dÃa en el
reino de Dios».
Llevar la cruz no es buscar «cruces», sino aceptar la
«crucifixión» que nos llegará si seguimos los pasos de Jesús. Asà de claro.
Publicado en www.gruposdejesús.com.