Mensaje
| Nota de la CEH
Nota de la CEH sobre la promulgación de los
últimos decretos por el Poder Ejecutivo
Por la presente, nosotros, los obispos católicos de
Haití, ofrecemos nuestros saludos más cálidos y fraternos a nuestros fieles y a
todos nuestros compatriotas. En estos días difíciles, todos estamos preocupados
por todos los males que están carcomiendo nuestra nación y nuestra tierra. No
podemos dejar de llamar la atención de todos los compatriotas sobre los
peligros que pueden sumir a Haití y sus hijos e hijas en la confusión y el
desorden. Se trata de ciertos artículos del decreto sobre el Número de Identificación
Nacional Único y la Tarjeta de Identificación Nacional Única, así como de otros
relativos al Proyecto de Ley sobre el Nuevo Código Penal. En estos decretos,
las disposiciones de ciertos artículos relacionados con la esencia misma de
nuestra humanidad, nuestra cultura, nuestra fe y nuestra sociedad no deben
promulgarse sin previa consulta de aquellas personas para quienes han sido
elaborados.
Esta forma de proceder sin sopesar los pros y los
contras, sin tener en cuenta la opinión de los hombres y mujeres de la nación,
ya ha demostrado la debilidad e incertidumbre de nuestros dirigentes. Y cuando
es la esencia y la vida misma de una nación la que se ve afectada por estos
decretos, cuyos elementos son extraños para nosotros, tenemos derecho a protestar
con todas nuestras fuerzas. Y, de hecho, protestamos con todas nuestras fuerzas
contra el PROYECTO DE LEY SOBRE EL NUEVO CÓDIGO PENAL, propuesto por el Poder
Ejecutivo sin consulta previa ni debate, sin la participación de los ciudadanos
y las fuerzas morales y espirituales de la sociedad haitiana. Esto corre el peligro
de socavar los cimientos mismos de nuestra democracia ya de por sí vacilante.
Dejando en manos de los juristas competentes y con
conciencia de nuestro país la tarea de hacer un análisis detallado y objetivo
de este proyecto de ley para iluminar y alertar a los haitianos sobre su
alcance real o sus problemas sociales reales, nosotros, los obispos católicos
de Haití, queremos simplemente declare enérgicamente que este proyecto es ética
y moralmente inaceptable en muchos puntos, tanto por la forma de proceder como
por su mismo contenido. De hecho, en varios puntos, este proyecto de ley es un
ataque particularmente grave contra la esencia misma de nuestra humanidad.
Implica las cuestiones difíciles y complejas de la vida humana: la mayoría
sexual, el incesto, la orientación sexual, el cambio de sexo, etc. Demasiadas
cuestiones candentes que requieren consulta y reflexión. Por esto mismo este
Proyecto lleva consigo transformaciones o cambios considerables que modifican
grave y peligrosamente los cimientos de lo que nuestra civilización construyó
para el respeto del hombre, de su dignidad, de su vida, de la familia, etc. Cambios
ya anunciados en la nueva Ley de la Tarjeta Nacional de Identificación Única,
especialmente en el artículo 5, que denunciamos enérgicamente.
Recordamos al Poder Ejecutivo que es su responsabilidad
moral y ética no inclinarse ante las presiones ideológicas vengan de donde
vengan, no involucrar al pueblo haitiano, sin consultarlo, en este camino que
solo puede conducir a un colapso aún más catastrófico del que actualmente
conocemos. ¿Es realmente la urgencia del momento, la de pasar con fuerza y discreción
este PROYECTO SOBRE EL NUEVO CÓDIGO PENAL, que debe ser absolutamente
cuestionado?
Por lo tanto, esperamos coraje, lucidez, sabiduría y,
sobre todo, respeto por parte del Poder Ejecutivo para no imponer
arbitrariamente al pueblo haitiano lo que simplemente va en contra de los verdaderos
valores.
Lo invitamos a centrarse en los problemas reales de los
haitianos y a buscar resolverlos, en lugar de tratar de importar valores
extranjeros y externos a nuestras buenas tradiciones. Con este fin, es
apropiado recordar esta consigna de Sócrates: la responsabilidad de todo
dirigente del pueblo es mejorarlo. No es este el caso de las decisiones de este
decreto contrarias a la ley y que provienen de una nueva mentalidad
imperialista y neocolonialista. Hacemos un llamamiento para que se detengan y
bloqueen estas decisiones.
Este grito desde el corazón que asumimos, nosotros los
obispos católicos de Haití, es el resultado de escuchar el grito del pueblo
haitiano en general y de los cristianos en particular, y los expertos abogados
que creen que estamos en una peligrosa deriva totalitaria con algunos elementos
de estos diferentes decretos que amenazan los fundamentos mismos de nuestra
sociedad, de vivir juntos, de nuestra cultura, de la fe y la moral cristianas.
Queremos reiterar a nuestra gente y a todos nuestros compatriotas que, en estos
tiempos de peligro, confusión, incertidumbre y gran sufrimiento, seguimos
firmemente comprometidos con nuestra misión de caminar con nuestra gente.
Recordamos que “las alegrías y las esperanzas, las penas y las angustias de los
hombres y mujeres de nuestro tiempo, especialmente los pobres y todos los que
sufren, son también las alegrías y las esperanzas, la tristeza y las angustias
nuestras, de los discípulos y apóstoles de Cristo, y no hay nada realmente
humano que no encuentre eco en nuestro corazón”.
¡Que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona de
Haití, ¡nos proteja de todo mal y nos preserve de todo peligro!
Dado en Lilavois, en la sede de la Conferencia Episcopal
de Haití, el 3 de julio de 2020, en la fiesta de Santo Tomás, apóstol.
Mons. Launay
SATURNÉ Arzobispo Metropolitano de Cap-Haitien presidente de la CEH
Monseñor Joseph
Gontrand DÉCOSTE, SJ Obispo de Jérémie Secretario General de la CEH
Chibly Cardenal LANGLOIS Obispo de Les Cayes
Mons. Pierre André DUMAS Obispo de Anse-à-Veau /
Miragoâne vicepresidente de la CEH
Mons. Marie Érick Glandas TOUSSAINT Obispo de Jacmel Ecónomo
de la CEH
Monseñor Max Leroy MÉSIDOR Arzobispo Metropolitano de Puerto
Príncipe
Traducción libre:
Julin Acosta.
CNPM= Comisión Nacional de Pastoral de Migrantes.